Crujiente, doradita y con ese toque que la hace irresistible. Nuestra oreja de hojaldre es una joya de textura ligera y caramelizada, horneada a la perfección hasta lograr ese crujido delicioso en cada mordida. Pero eso no es todo: la cubrimos con una capa de chocolate que se derrite suavemente en tu boca, creando el balance ideal entre lo dulce, lo crocante y lo chocolatoso. Perfecta para acompañar tu café, regalar un antojo o simplemente disfrutar sin culpa. ¡Una delicia que no puede faltar en tu charola!